Recién llegada de Los Pirineos y todavía con la misma sonrisa permanente que me ha acompañado en estos días de escapada, quiero contaros unas pinceladas de cómo fue mi viaje a la nieve en Andorra.
Yo no había esquiado nunca, así que como imaginaréis, iba un poco nerviosa. Mi pareja esquía bien y a mí siempre me había picado la curiosidad, así que tenía que lanzarme a la aventura.
Vallnord, un acierto
No he estado en otras estaciones para comparar, pero mi sensación es que esta estación andorrana es una de las mejores opciones para venir y disfrutar de los deportes de invierno. Partiendo de la base de que pudimos aparcar el coche al lado prácticamente de los remontes ya empezábamos muy bien.
Siguiendo las recomendaciones de mi pareja, contraté un profesor de esquí durante dos horas para conocer los aspectos básicos de movimiento y cómo mantenerme en pie sobre los esquís (algo que me resultaba imposible).
Sin saber cómo, al final del día en Vallnord acabé bajando pistas azules, que según los comentarios que recibí, estaba considerablemente bien para ser el primer día. ¡Reto superado!
Una gran elección de hotel en Escaldes-Engordany
Cuando viajo, una de las partes más importantes siempre es el alojamiento. Hacer una escapada de relax y diversión implica disfrutar de un buen hotel que nos haga sentir cómodos. Y en Andorra no podíamos haber elegido mejor. Tengo que agradecer a esta agencia el viajazo que hemos tenido ya que nos consiguió una oferta genial del hotel con los forfaits incluidos.
La ubicación era perfecta en el centro del núcleo urbano de Andorra, por lo que pudimos irnos de compras y probar varios restaurantes típicos de la zona. Además, el ambiente era genial y las luces de navidad ya estaban colocadas ofreciendo un paisaje precioso.
Caldea, la guinda del viaje
Nuestro viaje a Andorra no iba a estar completo si no pasábamos por el balneario de Caldea, ¡el más grande de Europa!
El estado de relajación y descanso que se puede conseguir en sus aguas termales después de pasar el día esquiando es algo que recomiendo a todo el mundo. Hasta cenamos en el propio restaurante del balneario con una de las ofertas que también conseguimos por nuestra agencia de viajes. ¡Uno de los mejores días y viajes de mi vida!
