Beneficios de tener un huerto en casa

Desde hace años estamos habituados a los alimentos de proximidad y conocemos sus beneficios respecto a los procedentes de largas distancias. Los productos conocidos como km 0 son aquellos que se encuentran dentro de un radio máximo de 100 kilómetros, pero ¿es suficientemente cercano? ¿Qué ocurriría si vamos un paso más y pasamos directamente al alimento libre de distancias?

En las próximas décadas, comer tomates autocultivados será lo normal y no hará falta ser un hippy irredento para tener nuestro propio microhuerto. Una idea rompedora, que aunque parezca más propia de un visionario ecologista es todo lo contrario ya que proviene del director del departamento de Arquitectura de Harvard, lo que da a entender la importancia del binomio agricultura-ciudad en el futuro más cercano. En un mundo en el que la gran mayoría de la población vive en ciudades, lejos del campo, relocalizar de nuevo la producción alimentaria básica cerca de los centros de consumo está más relacionado con la eficiencia económica y la salud pública que con ningún tipo de ideología.

La irrupción del cultivo
en las viviendas urbanas supondrá una eclosión de conceptos de diseño y dará lugar a que los jardines
se hagan comestibles
y las despensas de las casas estén vivas.

MÁS ECOLÓGICO
Y SABROSO Al acercar la producción alimentaria a su centro de consumo minimiza transportes, embalajes
y mejora las propiedades organolépticas de los frutos ya que se evita recolectar antes de la maduración completa o congelarlos.

MÁS SEGURO La trazabilidad de lo que comemos solo es posible controlando de primera mano su producción. Así podemos evitar los excesos de la industrialización alimentaria y el empleo desmedido de sustancias perjudiciales.

MÁS BIENESTAR, porque vivir envueltos en negro asfalto y gris hormigón se ha demostrado como un foco de enfermedades tanto físicas como psíquicas, mientras que rodearse de verde vegetal es sinónimo de salud, calidad de vida y confort ya que los vegetales purifican el aire, acomodan la temperatura y la acústica.

MÁS RENTABLE ya que
a diferencia de un jardín convencional, al obtenerse alimentos se consigue un rendimiento productivo y beneficioso desde el punto de vista económico.

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