Como decidir si el coche sirve o es para el desguace

En plena crisis de lo que no podemos prescindir, digámoslo claramente, es de tener un coche bien dispuesto y viable, porque aunque estemos en una situación financiera complicada no podemos quedarnos sin nuestro vehículo, que es el que nos da autonomía y viabilidad para ir de un sitio a otro. Así que vamos a comprobar de qué forma podemos convertir nuestra decisión sobre si un automóvil sirve o lo que tenemos es un coche para desguace.

Lo primero es lo primero: el consejo de los especialistas. Sin este aspecto estaremos casi como desnudos, ya que un buen mecánico nos dirá si nuestro utilitario tiene solución o no. Y es que cuando uno acude a quien de verdad nos va a procurar un acceso directo para nuestra plataforma rodante es cuando acierta de pleno para saber si tenemos que reparar el coche o no. Desde luego el peor escenario es que invirtamos en una pieza usada y que ésta, de repente, no nos termine sirviendo porque el automóvil está para el desguace. Por eso el buen mecánico nos orientará de la mejor manera posible.

Por otro lado tenemos que tener en cuenta que hay ciertas señales que nos dicen que nuestro coche está para el desguace. Por ejemplo, que hayamos tenido un accidente complicado, o que llevemos ya dos o tres reparaciones y nuestra berlina no de señales de mejorar. Todo ello nos tiene que indicar que tal vez lo inteligente, lo más interesante, sea acudir a donde nos retirarán el coche dándonos, además, una buena tasación.

Aquí queríamos llegar, porque queremos poner de manifiesto una cuestión que nos encanta: el desguace no solamente nos ofrece recambios usados, sino que encima nos permite obtener algo de dinero cuando queremos deshacernos de un vehículo poco o nada operativo. Por eso lo interesante ahora consiste en determinar hasta dónde queremos ir con nuestro coche, si queremos de verdad repararlo cueste lo que cueste… O si conviene olvidarnos de él, pasarlo a un desguace y obtener un poco de dinero con el que comprarnos una berlina nueva.

Eso sí, como conclusión os tenemos que decir que lo inteligente en estos casos, al menos cuando nos compramos un coche nuevo, es cambiar de marca, en serio. A veces estamos tentamos de comprarnos un coche exactamente igual que el que ya teníamos, pero eso es un error, porque siempre tenderemos a hacer comparaciones. Y como todo el mundo sabe, éstas son odiosas. Así que estaría bien que tuviéramos en cuenta que gracias a la multitud de marcas que ahora mismo existen podemos cambiar de utilitario (sea nuevo o de segunda mano, eso ya depende de tu cuenta corriente) y poder seguir siendo funcionales. Será la manera más inteligente de seguir utilizando un coche en nuestro favor.

 

 

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