¿Sabes que unas fundas nórdicas, niños y mucha imaginación bastan para que un finde lluvioso y poco apacible se convierta en un finde ideal sin salir de casa? Y lo mejor de todo es que ni siquiera habrá que recurrir a maratones de televisión para que todo el mundo esté entretenido. Te vamos a contar como conseguirlo.
Una propuesta diferente
Al llegar el invierno es normal que pueda llegar un fin de semana de frío, con lluvia o con nieve en el cuál salir a la calle no sea la mejor opción. Pero, ¿cómo entretener a los niños para que no se pasen dos días enfurruñados y frustrados por el aburrimiento? Pues proponiéndoles una acampada… ¡sin salir de casa!
Lo primero que vais a necesitar es preparar todo cuidadosamente por parte de los padres para que no haya espacio para el aburrimiento. Y prepararse para que la casa cambie ligeramente de aspecto, claro. Y es que la sala de estar, tendrá que convertirse en un campamento muy divertido.
Para empezar, se pueden retirar todos los muebles que no sean necesarios y, si no hay alfombras que cubran todo el suelo se pueden traer alfombras o incluso mantas de otras habitaciones. El suelo tiene que ser mullido y cálido. Se puede incluso improvisar una hoguera hecha con cartón, papel de plata y llamas rojas pintadas sobre folios.
Juegos, historias y mucha imaginación
Preparar este campamento ya mantendrá entretenidos a los niños toda la mañana del sábado, hasta la hora de la comida en la que se podrá disfrutar de unos perritos calientes o un menú similar. Las comidas divertidas y medio improvisadas serán el menú del fin de semana, en el que no faltará la fruta.
Tras la comida, llega la hora de los juegos en grupo. Aquí, los padres tendrán que poner de su parte y recordar todos aquellos juegos de la infancia: Martín Pirulero, Veo-Veo, palabras encadenadas… Dado que los niños seguramente no conozcan estos juegos, la diversión estará más que asegurada.
Al llegar la noche, se puede fingir que se queman unas nubes en el fuego después de cenar e improvisar algunas historias de campamento. A la hora de dormir, las fundas nórdicas pueden ser improvisados sacos de dormir para hacerlo todos en el suelo, como en un campamento de verdad.
El domingo, se puede disfrutar de una mañana en pijama jugando a los juegos que hayan tenido más éxito. Tras la comida, tocará levantar el campamento y preparar todo para el lunes. ¡Y sin haber encendido la televisión en dos días!